martes, 28 de junio de 2016

~Cap 8: Una decisión.~

La mañana había llegado tranquilamente, mientras los rayos del sol empezaban a penetrar las suaves cortinas rosas colocadas en su ventana, con corazones como decoración. Se levantó un poco con pereza mientras trataba de recordar lo que había pasado ayer.

"¡No puede ser!" Pensó la eriza mientras se miraba por debajo de las sabanas que la cubrían. Estaba completamente desnuda tal cual como debió nacer. Miró a su lado, donde se encontró con un erizo azul quien, abrazaba su cintura con su mano fuerte. Sacudió un poco su cabeza, mientras miles de recuerdos llegaban a su pequeña cabeza, pero no había nada más que hacer. Lo hecho estaba hecho y nada que pudiera hacerlo deshecho.

— ¡Sonic!—Gritó con la intención de lograr despertarlo.

¿Qué pasa? Preguntó Sonic apenas medio despierto, intentando ver con claridad a su alrededor.

¿Qué? ¡¿Qué pasa?! Inquirió Amy con un poco de enojo.— Lo que hicimos... ayer...

¿Qué? No le veo el problema, los dos nos queremos.— Continuó mientras se sentaba a su lado.

— Bueno eso sí, pero... ¿Estás seguro que realmente me quieres a mí?

— ¿Estás dudando? ¡Claro que te quiero! Como no tienes idea. Estos tres años lejos de ustedes, me di cuenta que no dejaba de pensar en ti, completamente en ti. Y en ese tiempo, la duda existía. No entendía por qué siempre te tenía en mi mente. Hasta llegar al punto que casi no puedo vivir sin ti, por eso decidí regresar. Necesitaba verte, esperanzado de que aún no estuvieras con alguien más al menos que no sea conmigo.— Miró con una suave sonrisa a la eriza, quien se encontraba sonrojada escuchando cada palabra con mucha atención.— Te amo, Amy Rose.

*-*-*-*

La semana había pasado de manera muy rápido, y el día de la celebración de Silver y Blaze había llegado. Amy se encontraba en la casa de Rouge tomando un poco de café en su sala, mientras que Sonic y Knuckles habían decidido, o más bien habían sido obligados a comprarse un traje o ropa formal para el evento de hoy. Ya debía de ser hora de madurar y arreglarse como hombres.

Y bien, Rose. ¿Cómo ha ido su relación entre Sonic y tú?— Sorbió un poco a su taza, mientras que no le quitaba la mirada de encima.

— Pues...

*FLASH BLACK*

— Te amo, Amy Rose.— Finalizó Sonic tomándole gentilmente la mano.

¿No es una broma?— Preguntó la eriza sonriendo un poco.

— ¡Amy!— Se quejó enojado por su broma de mal gusto.

— Je, je. Está bien te creo. Entonces, ¿No es un sueño?— Cuestionó. Quería ponerse 100% segura para después no terminar con el corazón roto, como muchas veces atrás.

— No lo es, te lo demuestro.— Se acercó lentamente a ella, para colocar sus labios encima de Amy, besándola cariñosamente de manera lenta y suave. Posicionándose enfrente de ella de rodillas para continuar mejor el beso.
Seguramente ya había pasado demasiado tiempo en la que no la veía. Con su hermosa sonrisa de siempre de una chica sincera, delicada y capaz de hacer todo.
En esos tres años eran los tiempos más tontos tanto como los tiempos mas abiertos. Pues se había dado cuenta de los verdaderos sentimientos hacia ella. Y lo tonto que era por decidir darse 3 años lejos del ser vivo del que se da cuenta del cual no puede vivir sin ella.

*FIN DEL FLASH BLAKC*

— Somos oficial. ¡Me ama!— Gritó emocionada, mientras abrazaba a su amiga para evitar tener que actuar de manera infantil.— ¡Me ama, al fin!

— Te lo dije, valdría la pena esperar. Aunque ese Sonic si es muy tardado con cosas como estas.

— Pero no importa.— Continuó.— Soy lo suficientemente capaz de esperarlo hasta quizás en la otra vida. Sin importar cuántas veces me rompa el corazón. Puedo esperarlo.

— Te diría otra cosa pero, lo conseguiste.— Felicitó mientras tomaba un poco más de su café.

— Amy Rose nunca se rinde.— Gritó mientras se ponía encima de su sofá con gran alegría. Pensando en todos los momentos que ha pasado con Sonic desde que lo conoció.

Escuchó el timbre de la entrada de la casa de su amiga, despertándola de sus pensamientos.— Yo abro.— Se dirigió a su puerta, para encontrarse con Sonic y Knuckles quienes no tenían buena cara.— ¿Qué les paso?.— Preguntó haciéndose a un lado.

— Todo sucedió por la cabeza hueca de Knuckles.— Entró por la casa Sonic, mientras se sentaba en el sillón y tomaba el café de la taza de Rouge.

— Claro, ya ni quería mi café.— Se quejó Rouge.

— ¿Mi cabeza hueca? ¡Tú fuiste el que olvidó nuestras billeteras en la bolsa de comida!— Se defendió a sí mismo el equidna, mientras le quitaba la taza de café a Sonic, y tomaba un poco.

— ¡Ey! ¿A quién se le ocurre dejar nuestras billeteras en una caja de comida?.— Continuó mientras le quitaba la taza de nuevo.

— Chicos, tranquilos.— Habló Amy mientras se sentaba al lado de Rouge, quien miraba sarcásticamente la escena ridícula de ambos.

— Mira Amy, todo inició así.— Siguió el erizo azul.— Todo estaba bien, la ropa ya la habíamos comprado. Y decidimos ir a comprar comida, pero vimos la hora y se nos hizo tarde. Por lo cual, deje a Knuckles encargado de nuestras billeteras. Y de idiota, decidió guardarlos en una caja de comida, pero no sabemos qué paso ya que nos urgió ir al baño. Y cuando regresamos, unos niños vieron la caja y vieron el dinero que había ahí y decidieron salir corriendo. Los perseguimos, y logramos que nos la devolvieran a cambio de una cantidad, algo regular.

— Es que en el baño decía que estaba prohibido entrar con comida.— Protestó.

— ¡Sí! ¡Pero no te acordaste que en las cajas no había comida! ¡¡Eran nuestras billeteras!!

— Ya. Le exageras Sonic.— Exclamó Knuckles mientras le quitaba el asunto para iniciar otro.

*-*

La fiesta al parecer iba demasiado bien para todos. Sirvieron unos platillos de fideo verde junto con puré de papa.
Pero no todo parecía ir bien para cierta eriza quien en unos minutos empezó a sentirse mareada por unos minutos hasta quedarse desmayada.

— ¡Amy!.— Gritó Sonic acercándose velozmente a ella y cargándola para ponerla en una camilla y llevarla a un hospital mientras que los demás lo seguían.

"Sentí como unos dolores de cabeza empezaban a llenarme. Aunque trataba de evitarlo todo el tiempo de la cena de la fiesta, no podía. Solo sentí que todo se apagó de repente despertándome en un hospital." Pensó Amy así misma mientras estaba intentando descifrar lo que había pasado. La hora ya se acercaba a lo que ya le había empezado a tener miedo de irse de ese mundo.
Ese mundo lleno de maravillas y personas maravillosas que la rodeaban. Y las que estaban justamente alrededor de ella cuando abrió los ojos.

— ¿Estás bien, Amy? ¿Qué te pasó?— Preguntó el erizo alarmado acercándose a ella más rápido que los demás. Realmente todo apenas iba bien. Apenas habían llegado a la cena para irse a comer rápidamente. Habían llegado algo tarde si no hubiese sido por Knuckles quien olvido llenar el tanque de gasolina. "Estúpido Knckles". Pensó Sonic con algo de sonrisa y preocupación por lo que acaba de pasar.

— Sí Sonic. Estoy bien. Y..— Intentó buscar a Blaze y a Silver a su lado.— Lo siento mucho chicos, yo....

— Tranquila Amy. No pasa nada. Nos preocupa tu salud. Además ya tendremos tiempo para celebrar más años de esta criatura.— Habló Blaze tocándose suavemente su vientre un poco plano.

— Enserio. Perdonen. Y lamento haberles preocupado.— Se disculpó agachando su cabeza mientras jugaba con las uñas de sus dedos.

— Tranquila. No pasa nada. Lo importante es que ya estés consciente.— Habló Silver mientras mostraba una cálida sonrisa pequeña y sincera quitando toda la culpabilidad a Amy.

— Disculpen.— Llamó el doctor mientras entraba a la habitación.— ¿Me permiten un momento a solas con la paciente?
— ¿Estará bien?.— Preguntó Sonic antes de irse.

— Tranquilícese ella estará bien.— Aseguró el doctor.

— Bien. Me retiro. Amy te amo.— Se despidió Sonic depositando un pequeño beso en la frente para después marcharse tras la puerta y cerrarla.

— Muy bien señorita Amy Rose.— Inició el doctor.— Estas preguntas son algo personales pero necesarias para la prueba de examen. ¿Ha mantenido usted una actividad sexual últimamente?

— Usted cree que...— Exclamó con asombro mientras recordaba lo de la noche hace una semana.

— En efecto. Hay un 90% de probabilidad positiva. Parece que no son necesarios los exámenes. Usted está esperando un erizo nuevo. Felicidades.— Dijo el doctor.

— Con que un bebé. Amy....— Habló Rouge haciéndose notar por la ventana de la habitación.

— ¡Rouge! ¿¡Qué haces ahí?!— Exclamó la eriza mientras la veía adentrarse.

— Quería saber cómo ibas con tu salud Rose. Y evitar que me vuelvas a esconder otra cosa más. Deberías estar feliz por la noticia. ¡Vas a tener un bebé! Y...

— No.— Silenció Amy el asunto mientras cerraba los ojos.— No lo habrá.

—¡¿Qué!?.- Preguntó con asombro. No podía ser verdad o no quería pensar lo que ella no debería de hacer. Ese era el sueño de ella desde que era un infante. Se esperaba que todo vaya a ser una broma de mal gusto o algo parecido.

miércoles, 22 de junio de 2016

~Cap 7: Maravillas.~

La noche había llegado, las estrellas como siempre brillaban a lo que daba, el cielo y la vista desde el balcón eran realmente hermosos.

Rouge. Dijo la eriza rosa para sí misma mientras sus ojos tenían la imagen de la luna, y sus lágrimas salían mojando en dos gotas la orilla del balcón donde estaba sujeta.

* Flash Black*

— ¡Dime Amy! ¡¿Qué es esto?!.— Demandó con autoridad, provocando una impresión en la eriza.

Pensó un poco la situación para ver si podía darle una excusa que pudiese ser válida para que se la creyera. Pero realmente, no había, o más bien, no existía una que pudiese ser realista. Suspiró con dificultad mientras aclaraba su garganta para poder decirle el secreto que tanto estaba guardando, para así evitar más tristeza de lo que sentía.

— Esta bien. Te lo diré. Pero debes prometerme que no se lo dirás absolutamente a nadie por favor. Sólo tú puedes saberlo. ¿De acuerdo?

— Te lo prometo.— Contestó.

— Bueno, hace unas cuantas semanas empecé a empeorar pensando que solo era un resfriado o pura fiebre. Pero me veía cada día peor y me sentía completamente débil. Hasta que decidí ir a checarme con el doctor. Y...— Pausó un poco mientras sus ojos volvían cristalinos.— Unos días después me llegó esa carta, donde me diagnosticaban que tenía... cáncer.— Finalizó mientras recibía un enorme abrazo por parte de su amiga, quien empezó a llorar junto a ella.

— ¡Oh, Amy! ¿Y por qué no me contaste al menos a mí? Siempre te estás guardando todo. Y eso no es nada bueno Amy.— Dijo mientras, se dirigía a abrazarla.

¡Rouge!.— Lloró desconsoladamente en su brazo mientras se sentaban en la cama. Realmente ya había fallado de no contarle a nadie. ¿Cómo pudo ser tan tonta para dejarlo en casa? Dio gracias a Chao que no fue Sonic quien lo descubrió.

— ¿Qué piensas hacer con esta noticia? ¿Aún se puede hacer algo para controlar este cáncer y disminuirlo?.— Preguntó su amiga algo esperanzada, ya que esta es la primera vez que se entera que alguien que ella conozca salga con esta enfermedad. Ya que no es muy común.

— Los doctores... me dijeron que echara a volar todas mis esperanzas, porque lamentablemente ya no hay nada que hacer más que esperar mi tiempo de ida.— Explicó agachando la cabeza, mientras en su mente se le pasaba la imagen de la carta con esas palabras.

— ¿Y? , ¿Qué te da el derecho de estar así?.— Cuestionó la murciélago para levantarse con ánimo para sorprender a la eriza por su raro cambio de actitud y comportamiento.— Se supone que no hay mucho tiempo, ¿verdad? Me pregunto entonces, ¿Qué haces aquí si este no es tu lugar?.— Volteó a verla, para encontrarse con una cara anonada.

— ¿Qué me quieres decir, Rouge?.— Preguntó la eriza con una cara de que no logra a entender por más que busque la razón para entender igual que ella.

— Me refiero que no deberías estar aquí acostada en la cama viendo cómo pasan los días fríos y lentos para tu llamada al otro mundo. No, no, no, nena.

— Pero, ¿Qué debo de hacer?.— Preguntó mientras se levantaba de la cama.

— ¿Ves esto?.— Abrió las cortinas mientras éstas dejaban ver un gran y hermoso atardecer.— Esto es lo que deberías estar haciendo. Ver, admirar, disfrutar la vida a todo lo que da, no sé qué haces aquí encerrada. La vida solo se vive una vez, y esta no es una manera aceptable, al menos para mí, vivirla así. Rose.— Habló mientras se acercaba a ella.— Sé que esto es muy doloroso para ti, pero, ¡Vamos! Disfruta de todo lo que puedas, por algo tienes tiempo aun. Para que aprendas a aprovechar de todo en esta vida.

— Creo que tienes razón. Perdón, pero con esta noticia deje de ver lo positivo de esta vida. Y yo no soy así.

— Tú eres Amy Rose, ¿o acaso olvidaste quien eras?.— Dijo mientras le mostraba una foto de ella, con todos sus amigos sonriendo completamente feliz en un día de playa.

— No, no lo he olvidado aún. Tienes razón. Una enfermedad que me llevara a otro mundo no debe ser algo que impida mi ser. Debo ser feliz sin importar nada, porque esta vida, me llevaré a la otra vida todos los recuerdos maravillosos de ustedes. No puedo pasármela encerrada así.— Dijo finalmente mientras se volvía a sentar en la cama al lado de Rouge.— Oye por cierto, ¿A qué se debió tu visita?

— Te vine a dar la noticia de que Blaze está embarazada. Y nos invitó a todos a celebrarlo. Parece que Silver al fin hace algo bien.

Unos platos se escucharon romper del primer piso, a lo cual la mujer decidió bajar corriendo de las escaleras para visualizar lo que había sucedido.

Silver, ¿Qué pasó?. Preguntó la gata lila, mientras veía como estaba Silver con un solo plato en las manos, mientras que los demás se encontraban destrozados en el suelo.

Creo que alguien habló bien y mal de mí a la vez, y no sé si tomarlo como ofensa o como halago.

Mi Silver. Habló la gata mientras se acercaba a darle un beso en la mejilla. Sea lo que sea, tú eres mi gran erizo para mí seas lo que seas.

Gracias Blaze. Agradeció el erizo mientras se disponía a recoger los platos rotos del suelo, quedaban unos días para preparar el jardín para la gran fiesta de amigos de fin de semana, por el nuevo miembro que llegará en unos meses más adelante.

— Y van a hacer un gran festejo este fin de semana. Para que te vistas elegante e impresiones a ese erizo que tienes abajo.— Dijo haciéndola sonrojar, mientras se levantaba y se dirigía hacia la ventana.— Bueno, te veo el fin de semana. No faltes.

— Si, ahí estaré. ¡Nos vemos!— Se despidió la eriza mientras se dirigía a la ventana mientras la veía volar.

* FIN DEL FLASH BLACK*

Gracias por todo. Se dijo así misma, mientras admiraba lo hermosa que era la luna, se ha preguntado que si la luna fuese alguien como ellos, ¿Dejaría brillar por sus problemas? Probablemente no. Ya que su brillo es lo que la caracteriza como la luna. Y su papel es alumbrar a todos con su brillo tan blanco que tiene. Se secó las lágrimas mientras se acomodaba el vestido. Sintió unas manos en su cintura, por lo cual no la alarmo nada. Ya sabía quién era. Sonic.

Espero no haberme tardado mucho Ames, aquí tengo tu cena. Dijo mientras la giraba a ver la hermosa mesa preparada detrás de ella, mientras de platillo tenía un espagueti con albóndigas y puré de papa al lado. El platillo favorito de ella.

Esto se ve delicioso. Comentó encantada.

Je y prepárate. Porque esta noche será especial para nosotros también.

Y si, Rouge tenía demasiada razón de que esta vida siempre ha sido y seguirá siendo lo más hermoso que te puedan regalar. No es como la quieres, pero aun así aprendes a vivir con lo que tienes, dándote a entender a ti misma, que no necesitas lo que los demás tienen para ser feliz, lo que importa es sacarlo siempre lo negativo algo positivo, porque todo se puede, solo depende de ti tus sentimientos. Y si tu vida ya tiene tiempo, no hay razón para vivirla el resto que queda de la manera triste, es una oportunidad para ver la vida a un más maravillosa de lo que ya es. Y si, Sonic tenía razón, esa noche iba a ser completamente suya. Y esta noche aprovechará para mostrarle todos esos sentimientos que se ha guardado todos estos años. Y esta noche, no cabe duda alguna, del por cual no sacar todo lo que se tiene adentro.

Continuara.-.-.
Holaaa:D a cualquiera que este vivo. Y quieto agradecer a AmyWolf 333 por estar al pendiente de esta mini historia:'D y lamento mucho haber tardado aún y trataré de publicar mas seguido:3 gracias por estar al pendiente en esto n.n

jueves, 9 de junio de 2016

~Cap 6: El pasado.~

" ¿Dónde estoy?". Se preguntaba la eriza rosa mientras vagaba por los lugares deshabitados de su planeta. Parques, circos, juegos de atracción, juegos acuáticos donde poco a poco empezaron a aparecer sombras con sus caras y rostros de niños y familias felices por todos lados. Un sentimiento llegó de nostalgia.
- ¡Vamos mamá!.- Gritaba un niño que corría jalando a su mamá a una tienda de juguetes acuáticos.- ¡Quiero ese tiburón!.- Señaló al pequeño juguete de plástico con forma de tiburón para indicarle que ese es el que quería.- ¿Me lo puedes comprar? ¡Por favor!.- Insistía mientras le jalaba un poco la blusa.
- Si está bien. Te lo compraré.- Sonrió para dirigirse con el juguete a la caja registradora donde les iban a atender un cocodrilo.
"Vaya, debe de ser bonito tener una mamá. A alguien con la que puedas pedirle libremente sin pena algo que se desea." Pensó la eriza mientras seguía caminando por todos los lados viendo las sonrisas de todas las familias que pasaban a su lado.
- Vaya. ¿ No sería hermoso tener una familia?.- Se acercó una eriza con capa oscura cubriéndole el rostro.
- Si, la mera verdad sí.
|- Pero por alguna razón. A ti no te tocó vivir en una. ¿No crees que eso sea algo cruel en la vida? Tú tienes derecho en tener una de verdad. ¿Por qué te tocó vivir en una donde estás completamente sola?
- No es cierto. No estoy sola. Tengo a mis amigos.
- ¿Y a eso se le puede llamar familia? ¿Quién dice que ellos no te engañan? ¿Y cómo sabrás que no te extrañarán en cuando dejes este mundo de una vez?
- Yo...
- Eso pensé. Querida Amelia Rose, déjame decirte que tú no viniste a vivir. Si por algo estás en la vida, quizás por un error de tus padres traerte. Que por cierto, ni siquiera te acompañaron a dar tus primeros pasos en la vida. ¿Dónde estuvieron? Claro, ni siquiera se atrevieron a verte en la cara.
- ¡Eso es mentira!
- No tienes pruebas para decir lo contrario a lo que te digo. Y solo te diré una cosa. Tu lugar en este mundo de la soledad pronto llegará y quedarás para siempre sola. Como en un principio y por siempre.- Dijo haciéndose Desaparecer dejando que todo se hiciera negro despertando a Amy en la realidad.
Aún abrazada por Sonic. Se sentó un poquito en el respaldo café de su cama, y se quedó pensando en ese sueño tan extraño que acaba de tener.
- Quizás tiene razón. Aunque por una parte, ella tampoco tiene pruebas. ¿Qué fue de mis padres? Tendré que hablar con la señorita Vainilla.- Se tranquilizó un poco, dejando escapar un suspiro de agotamiento mientras se acomodaba más en el respaldo. En unos momentos después el erizo también despertó, depositándole un beso cálido y suave en los labios y saludándola con un 'Buenos días'.
- ¿Cómo te sientes?.- Preguntó el erizo mientras se acomodaba a su lado.
- Mejor, gracias enserio por estar cuidando de mí Sonic.
- Oye Ames, me importas como no tienes idea. Al verte de esa manera me deprimía demasiado. Cuidarte es lo menos que puedo ser como tu novio.
- ¿Mi novio?.- Repitió atónita.
- Si, tu novio oficial.- Confirmó mientras se ponía enfrente de ella y la volvía a besar apasionadamente.
Las cosas pasaban demasiado rápido para la eriza, quien por una parte se sentía extremadamente satisfecha con todo lo que esta pasando en el presente; pero la necesidad de saber acerca de sus padres le hacía sentir un pequeño espacio vacío, pequeño pero sin fin.
- Iré a hacerte el desayuno. O mejor dicho, nuestro desayuno.- Avisó despertándola de sus pensamientos, mientras que se retiraba de la cama.
- Oye Sonic, ¿Te importaría si visito a Vainilla hoy?.- Preguntó deteniéndolo del brazo.
- No, está bien.
- Gracias.
*-*-*-*
- ¿Pasa algo hija?.- Preguntó Vainilla a Cream, quien se la había pasado últimamente callada.
- Me preocupa mucho la señorita Amy. ¿Se pondrá bien?.- Confesó la pequeña conejita mientras volteaba a ver a su madre con unos ojos de preocupación.
- Tranquila Cream, sólo fue un poco de fiebre, Amy es una eriza luchadora que apuesto a que no se dejara vencer por una enfermedad pequeña.- Animó a su hija.
- Tienes razón mamá, Amy es una eriza fuerte que puede derrotar todo.- Respondió feliz.
- Así es.- Dijo mientras se disponía a lavar los platos, pero fue interrumpida por el timbre de la puerta. Se dirigió allí y vio a Amy, quien se veía un poco mejor pero no tanto para ver aún su malestar de la fiebre.
- Amy, cariño pasa.- Habló Vainilla mientras le abría la puerta dándole el paso a entrar.
- Gracias Vainilla. Por cierto espero no llegar en un mal momento.
- No claro que no, tú siempre serás bienvenida en nuestra casa Amy.
- Gracias.- Respondió la eriza mientras se dirigía a la sala a sentarse.- Vine aquí porque necesito información y usted es la única que me puede ayudar.
- Si, dime Amy. ¿De qué quieres hablar o qué información quieres que te dé?
- Bueno, últimamente he tenido preguntas acerca de quiénes son mis padres. Me imagino que usted debe de saber algo mínimo acerca de ellos.
- Espérame tantito Amy.- Contestó mientras se subía las escaleras y luego bajaba con una pequeña de cartón llena de polvo.- Tarde o temprano tenías que saber esto, y perdóname si nunca te lo he demostrado de pequeña pero fue la petición de tu madre y tu padre: Amelia y Edward.
*-*-*-*
- ¡No puedo creer que venga y está en la calle! ¡Sonic!.- Gritaba la murciélago mientras se ponía de pie del sillón.
- Tranquila Rouge, sólo fue con Vainilla.
- Bueno, dilo desde un principio Sonic, esa eriza es bien trabajadora y es una que le gusta luchar sin fijarse en su salud.
- Si eso lo sé. Por eso es mi novia ahora.
- ¡¿Novia?!.- Exclamó mientras se acercaba a él con velocidad.- ¿Desde cuándo erizo? Me pregunto por qué no me ha dicho Rose.
- Somos novios desde ayer en la noche.
- ¡Eres todo un hombre Sonic The Hedgehog! ¿Quién lo diría? Al fin se le cumplió el sueño de años de Amy. Ya me imagino su alegría. Cuídala erizo, si algo le pasa me haré cargo que te pase a ti también.
- Advirtió mientras se dirigía a las escaleras de la casa de Amy.- Por cierto, le tomaré prestado algunas pinturas a Amy. Ahí le das el aviso.

- Claro Rouge.
Subió por las escaleras para dirigirse al cuarto de su amiga, lo cual la puerta estaba abierta. Al entrar fue al tocador donde empezó a buscar cajón por cajón esas pinturas que necesitaba para su cita de hoy, con el equidna.
Las cosas entre ellos cada vez más seguían mejorando. Se podía decir que por parte de ambos iban madurando dejando a un lado sus diferencias y hacer frente a los nuevos conocimientos que mostraban uno del otro.
- ¿Uh?.- Exclamó mientras encontraba una carta de color negro de un hospital con la dirección de la casa de Amy.- ¿ De qué tratará esto?.- Abrió la carta para asegurarse acerca de la información.- No puede ser...
*-*-*-*
Decidió tomar al fin la caja y empezar a checar las cosas que venían. Como unas fotografías de dos erizos, uno café y otra rosa. La foto estaba algo gastada pero no lo suficiente para impedir la visión y claridad de ésta.
- Edward y Amelia. Los vecinos reconocidos del lugar de donde yo vivía.
- ¿Cómo eran ellos?.- Preguntó con curiosidad sin dejar de ver la imagen ante sus ojos.
- Eran dos erizos muy felices y apasionados. Amelia era mi vecina, y créeme, al saber la noticia de que tú existías en su vientre la llenó a ella y a tu padre de una gran felicidad a ambos. Tanto que hicieron un gran festejo en todo el vecindario a lo grande, dando a conocer a todos tu existencia. Que también ocasionó alegría a los vecinos, ya que serías la primera niña en ese vecindario, y todos anhelábamos un poco de vida ahí. Pero lo que nadie sabía era la existencia de un vecino que estaba enamorado de tu madre. Nadie sabía sus intenciones ya que era un erizo muy callado y serio. Pero tenía sus modales con todos por lo que lo considerábamos una persona buena y bondadosa.
- ¿Qué fue lo que pasó?.- Preguntó Amy sin dejar de pensar en cada palabra que Vainilla soltaba.
- Los vecinos murieron por un incendio que ocasionó Mephiles, así se llamaba el erizo que estaba enamorado de tu madre. No faltaba mucho para tu nacimiento Amy, yo era una adolescente de unos 19 años. Era una fiesta en el vecindario de fin de semana, ya que siempre hacíamos una. Pero como empezó a llover fuerte, las luces se fueron dejándonos a todos en completa oscuridad. Pero aún así estábamos reunidos debajo del techo siguiendo la fiesta. Pero todo empezó cuando un vecino, el señor Emilio, se fue a traer lo que era el pastel, junto con Mephiles, pero de allí ya no regresó ninguno de los dos, preocupándonos a todos. Tu padre decidió ir con unos al tercer piso, pero tampoco bajaron. No eramos muchos vecinos, éramos como unos 5 apenas. Tu madre decidió subir para ver qué era lo que pasaba. Subimos, y había demasiada sangre y marcas de manos en las paredes. Nos asustamos mucho, y atrás de nosotras apareció Mephiles, quien quería matar a cada uno de nosotros. Sus palabras eran.- 'Si yo no merezco ser feliz, mucho menos ustedes.' Y se iba a acercar con una navaja en sus manos, pero tu padre interrumpió eso dándole un puñetazo en la cara haciéndolo para atrás mientras que tu madre empezaba a sentir que ya venías en camino. Rápidamente se sentó en el suelo mientras empezaba a empujar. La ayudé a sacarte. Y se dio una gran alegría verte, tu madre estaba demasiada feliz y mucho más en tenerte en sus brazos. Te besó cálidamente en la frente mientras decía.- 'Amy. Te llamas Amy'. Tu padre se acercó hacia nosotras, después de haber dejado a Mephiles inconsciente. Te acarició el pelaje y te sujetó en sus brazos. Y besó a tu madre; empezábamos a sonreír los cuatro. Pero nuestra sorpresa fue que de pronto un cuchillo fue atravesado en el pecho de tu padre haciéndolo caer mientras te dejaba con tu madre. Cayó muerto de tal repentina herida. Tu madre rápidamente te puso en una sábana y te entregó conmigo. Mephiles estaba ahí con una sonrisa macabra mientras la amenazaba con que no iba a salir viva ni ella ni tú. Incluyéndome. Pero ella no se rindió, tiró los botes de gasolina mientras incendiaba el lugar, principalmente quemando a Mephiles, pero no deducimos el crecimiento acelerado del fuego, y la habitación estaba casi completa de fuego. Pero Amelia me pidió que te cuidara y que lo prometiera, que fuera una madre para ti. Una que pueda darte días de cuidado y familia nueva. Rompió la ventana y me sacó de allí, y ella aún podía salvarse también pero murió en unos segundos después de entregarte conmigo. Había derramado demasiada sangre en tu parto.
- ... Que... Tristeza...- Exclamó Amy mientras se le resbalaba una que otra lágrima por la historia de sus padres.- Entonces...
- Amy, ellos te amaban mucho, eras lo que ellos más esperaban en esos nueves meses. Lograron morir conociéndote. No quería que lo supieras de pequeña, es una historia lamentable.
- No te preocupes Vainilla, me alegra al menos saberla hoy, y saber que ellos me amaban. De verdad te lo agradezco.
- Si quieres un día te puedo dar la dirección del viejo vecindario. Nada ha sido cambiado allí, puedes un día ir y ver cómo era el lugar de antes.
- Claro me encantaría, pero por ahora tengo que regresar a casa. Tengo que ver a Rouge.
- Claro Amy, solo pídemelo un día y te la daré.
- Gracias Vainilla.- Se despidió con una sonrisa mientras se dirigía a casa. Al entrar Sonic no estaba ahí pero había dejado un recado avisando que iría de compras a traer unos alimentos. Al subir a su habitación encontró a Rouge ahí.- Hola Rouge, perdón si no estuve presente antes pero...
- ¿Me puedes explicar qué es esto?.- Cuestionó mientras enseñaba en sus manos la carta negra del hospital.
CONTINUARA.-.-.-.

domingo, 5 de junio de 2016

~ Cap 5: Te cuidaré siempre~

El día era como siempre, bueno aunque no podía decir eso ya que apenas aun eran las 4:00 am. No tenía ganas de trabajar. No después de verse en ese espejo ovalado de gran tamaño. Donde marcaba ahora el doble de malestar que tenía, parecía que la enfermedad cada vez iba avanzando más y más, sin un remedio.
*FLASH BLACK*
- Lo sentimos, señorita Amy. Pero su enfermedad ya está muy avanzada, si pudiese haber venido antes, quizás hubiese existido una mínima posibilidad de hacer un tratamiento o algo para ayudarla.- Fue la noticia más inesperada que tenía, quizás si hubiese hecho caso a su amiga esto hubiera sido evitado. No de la manera del 100%, pero si una cantidad suficiente para superarse.
- No se preocupe, aun así le agradezco por la información. Con su permiso.- Se despidió agarrando su bolso y saliendo de la habitación no sin antes escuchar un "Que tenga unas buenas tardes". Salió corriendo a su casa para llegar lo más rápido posible y encerrarse en su cuarto mientras se aventaba sobre la almohada a ponerse a llorar. Las posibilidades habían acabado definitivamente y no tenía de otra que aceptar.
*FIN DEL FLASH BLACK*
Sus ojos se veían completamente agotados, su piel era más pálida que el día de ayer. Tenía grandes ojeras que de seguro si se echaba un poco de maquillaje lograría taparlas un poco. Le dolía la garganta y al parecer tenía también un poco de fiebre. Pero eso no importaba ahora, necesitaba ir a trabajar. No podía permitirle a la enfermedad que le dejara de hacer lo que ella debía hacer.
El crujido de la puerta abrirse la sacó de sus pensamientos, era Sonic. Quien venía con una bandeja con unos hotcakes y un jugo de naranja a su lado y una flor rosa como adorno del platillo. Entró cuidadosamente sin tropezarse con algo y se dirigió a ella.
- Te traje desayuno. Ya que el día de ayer no desayunaste nada. No quiero que pase lo mismo otra vez.-Habló Sonic mientras se sentaba a su lado de la cama y le alzaba el desayuno que le había preparado.
- Muchas gracias de verdad. No pensé que hubieses sido tan observador.- Agradeció completamente mientras dibujaba una sonrisa débil pero con amor mientras veía su desayuno preparado.
- Me importas Amy, ya te dije que si quiero estar aquí, quiero aportar con algo.
- Realmente te agradezco que...- No pudo continuar por el dolor que le empezaba a llegar, un inmenso dolor en la cabeza que hizo soltar la bandeja y empezar a sostener su cabeza con ambas manos alterando a Sonic.
- ¡AMY! ¡AMYY! ¡AMYYY!
*-*-*-*-*
- Cream, ¿ Puedes abrir la puerta?.- Gritaba Vainilla desde la cocina. El desayuno tenía que estar listo para su pequeña antes de que se vaya al colegio. Cream a pesar de ser pequeña y tener una corta edad cada vez más se iba mejorando a sí misma dando excelentes resultados. Y eso le orgullecía demasiado.
- ¡Claro Mamá!.- Respondió mientras se dirigía con una sonrisa imborrable de su rostro. Se sorprendió un poco al ver a Rouge tan temprano en su casa. Ella no era de visitas, y tenerla allí presente era algo raro.- ¿Señorita Rouge?
- Buenos días Cream.- Saludó cortésmente.- ¿Está tú mamá aquí?
- Sí, pase.- Se hizo a un lado mientras ella entraba por la puerta y se sentaba en el sillón.
- ¿Rouge?.- Preguntó Vainilla extrañada mientras salía de la cocina y se limpiaba las manos con una servilleta.- ¿Pasa algo?.- Interrogó viéndola de manera desesperada. Con una mirada diferente a la que tenía siempre.
- Amy... Amy está en el hospital.- Finalizó abriendo la boca mientras sentía un nudo formarse en su garganta. La cara de Vainilla no tardó en palidecerse al oír tal noticia. Nunca hubiese imaginado que Amy le pasara algo y dudaba un poco ya que Sonic era el que vive en su hogar. ¿Dónde la descuidó?
- ¿Desde cuándo?
- Esta madrugada.- Informó.
- Déjame, dejo a Cream en la escuela y vamos para allá.
*-*-*-*-*
- ¿Eh?, ¿Dónde estoy?.- No recordaba absolutamente nada. Más que unos dolores de cabeza fuertes y los gritos de preocupación de Sonic. ¿Dónde estaba ahora? Sus dolores habían desaparecido completamente, estaba en una casa sola. Decidió checar un poco y salir al jardín sintiendo al instante una gran punzada en el corazón que no podía eliminar con ni una clase de medicina.- ¿Qué pasa aquí?
- Y entonces, antes de enterrar a la eriza, ¿ Alguien que desee dedicarle unas palabras?.- Indicaba el erizo mientras miraba a su alrededor a todos los presentes vestidos de negros.
- Yo.- Habló Vainilla acercándose a la tumba.- Ella siempre ha sido como una hija más para mí. Fue una eriza demasiado fuerte, impulsiva y muy alegre a pesar de todas las situaciones que le pasaban. Realmente todos aquí la extrañaremos ya que sembró en cada uno de nosotros una lección buena de la vida. Solo digo que... Descanse en paz ahora.
"¿Qué?... Esa... No... No puedo ser yo." Se acercó a la tumba para querer asegurarse de que se trataba de alguien más. Pero no fue así. Era ella. Vestida de blanco y unas flores blancas en sus brazos. Tenía aún la piel blanca, y sus ojos cerrados. "Esa no puedo ser yo... ¡Nooo! ¡Nooooo!" Miró a su alrededor, estaban todos sus amigos y conocidos presentes, excepto Sonic. Se adentró a la casa intentando escapar de eso. Debía ser un sueño, no. Más bien una pesadilla. Subió a lo que debía ser su cuarto encontrándose con Sonic bebiendo bebidas alcohólicas mientras lanzaba una botella contra el armario rompiéndola.
- Sonic...- Intentó a acercarse a él.
- ¿Por qué tenías que irte Amy Rose? ¡¿Por qué de esa manera?!.- Gritaba mientras daba vueltas a su alrededor con lágrimas en los ojos.- ¡¿Por qué te callaste?!
- Perdón... No quería que nadie se enterase y se preocupase por mí.- Lamentó sabiendo que el erizo no la podía escuchar. Ya no.
- Esto no es justo. ¿Sabes? Esto es egoísmo. Guardarte algo solo para ti y ya. Haré lo mismo.- Levantó un gran pedazo de vidrio y se lo empezó a encajar en sus venas de las muñecas.
- ¡Sonic no!.- Se acercó e intento agitarlo para que la viera.- ¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí! ¡Sonic no lo hagas! ¡Sonic!
Todo se empezó a poner negro otra vez y quedó sola rodeada de oscuridad hasta que sintió otras voces hablar al lado de ella. "La voz de Sonic."
- ¿Solo es fiebre?.- Se escuchó hablar a Sonic.
- Sí. Necesita una semana de descanso al menos, su salud no está muy bien y lo que más necesita es descansar. Quizás debe de tener muchas presiones, haga que no se preocupe por nada. Necesita seriamente descansar. Nada de esfuerzos.
- ¿Eh?.- Se atrevió a hablar esta vez con el miedo de que fuese una pesadilla aun.
- ¡Amy!.- Gritó el erizo con alegría al verla de nuevo despierta, y se dirigió a abrazarla.- ¡Qué bueno que estás bien! ¡Ya despertaste! Todos vinieron hace unas horas y no despertaste aun así. Ya nos tenéis preocupados a todos. Luego llamo para avisarles que estás bien. Quedaste 7 horas sin abrir los ojos.
- ¡¿Tantos?!- Exclamó la eriza.
- Si, bueno, los dejo un momento a solas. Me retiro.- Comentó el doctor para disponerse a salir.
- Te veías bien cansada Amy, necesitarás una semana de descanso.
- ¿Pero qué hay del trabajo?
- Es más importante tu salud por ahora. Debes descansar.
- Esta bien. Oye por cierto gracias por haber estado aquí conmigo y preocuparte por mí.
- No te preocupes Ames, lo importante es que te estés mejorando.- Acercándose a ella. Acomodándose en la camilla.
- ¿Cuándo puedo salir?
- Esta noche. Oye, ¿Pasa algo que no me has contado acerca de tu salud?.- Preguntó volteando a verla a los ojos.
- Solo que no me he tomado vacaciones en serio, mi trabajo me pesa un poco pero me digo a mi misma que no pasa nada, no te preocupes.- Dijo volteando a ver a otra parte, pero Sonic la agarra de sus mejillas y hace que lo mire a los ojos.
- Amy... Me importas demasiado como no tienes idea, estos años te he echado de menos más que a nadie.
- ¿Qué estas tratando de decirme?
- Que estoy enamorado de ti.- Confesó mientras se acercaba a ella, cortando el espacio que existía entre ellos dos y la besó suavemente.
Quizás esto era algo que ella siempre había soñado desde pequeña y aunque quería jugar el juego de ser la difícil sabía que lo mejor que podía hacer era solo disfrutar al máximo todo lo que le queda del tiempo, iba a morir y esa idea no le gustaba, pero al menos quiere morir feliz al lado de su amor de siempre: Sonic.
"Disfrutaré hasta el máximo lo que me queda, junto contigo Sonic. Te amo."
*-*-*-*-*
Esa noche regresaron a casa con una alegría imborrable por parte de ambos. Y más porque tenían visitas de sus amigos en su casa.
- ¿Cómo estas Amy?.- Preguntó Vainilla acercándose a la eriza y abrazándola.
- Ya estoy un poco mejor Vainilla. Gracias por venir.- Agradeció devolviéndole el abrazo.
- Amy, sabes que eres como una hija mía y como una hermana para Cream, nos importas mucho.
- Señorita Amy, le trajimos unas cuantas frutas y recetas de caldos para que la puedan ayudar a aliviarse más pronto.- Habló Cream mientras le entregaba una canasta.
- Amy, me alegra que ya estés bien. Nos habías metido un susto a todos.
- No te preocupes Rouge, espero no haber causado tanta preocupación.- Se disculpó con una pequeña sonrisa.
Se quedaron un poco más la visita para sacar un poco de plática después del susto del desmayo de Amy. Realmente el tiempo pasa volando y cada vez más se distanciaban pero sin perder la comunicación que siempre los unía. Después de media hora se dirigió a la puerta para darles la despedida a ellas y desearles unas buenas noches y avisar si un día estaban libres, organizar un día de campo en cuanto se pueda.
Una vez sola de nuevo con Sonic, se dirigió a la cocina a cocinar un poco, pero los brazos de Sonic en su cintura interrumpiéndola, le daban la señal de que él se haría cargo de la cena por toda la semana.
- Debes descansar Ames, vete a la cama y luego te alcanzo.
- Esta bien.
Subió las escaleras y se acomodó en su cama. Sacó su álbum para empezar a ver las fotos que tenía. En unos minutos subió Sonic con una sopa italiana que había comprado en el supermercado. Se acomodó a su lado y juntos empezaron a ver las fotografías del álbum recordando los momentos con alegría que habían vivido de pequeños. Una vez terminada la cena y de acabar de ver las fotografías, Sonic decidió dejar a Amy descansar, pero antes de salir la escuchó hablar.
- ¿Qué pasa Ames?.- Preguntó.
- ¿Te importaría dormir hoy conmigo? Por favor. Solo por hoy.
- Esta bien. Sólo por hoy.
- Gracias.- Agradeció mientras se acomodaba para darle lugar a Sonic.
No tardó en caer dormida en sus brazos en par de minutos. Realmente este día había sido muy cansado y pesado. Muchas preocupaciones por su salud. "Me haré cargo de ti por siempre Ames, te amo." Pensó Sonic para sus adentros mientras miraba a la eriza rosa en sus brazos durmiendo tranquilamente. No sabía cómo ni en dónde ni mucho menos cuándo, pero sus sentimientos por ella habían crecido de manera rápida e inesperada. Y ese beso en la tarde, daba a conocer que no solo quería amistad de ella, sino algo más.

martes, 31 de mayo de 2016

~ Cap 4: Me enamoré~

La alarma sonando indicaba que ya era hora de levantarse, las 4:30 am exactamente. No quería hacerlo, pero sabía que tenía que hacerlo para que no le bajaran su sueldo. Se dirigió al baño, y se asomó enfrente del espejo. Observando sus púas rosadas y largas, y su rostro sintiéndose cada vez más acabada con el paso de los días. Pero por ahora no quería pensar en eso, ya que en cuestión de segundos terminaría mojadas sus mejillas, y no quería hacerlo después de la noche anterior.
Recordó el casi beso entre Sonic y ella, pero sabía perfectamente que no debería estarse pensando en eso. Tenía un tiempo para vivir, y quitándose eso a un lado, le hubiese encantado besarlo. Si claro, no tuviera su problema. Decidió meterse a bañar por una vez, ya que si no se le haría tarde a la eriza. Una vez lista. bajo a lavar un poco la cocina, mientras tenia cuidado con el lavabo. Se iba a poner a desayunar pero viendo la hora decidió que no, y solo detenerse para escribir una nota a Sonic, avisándole dónde hay comida para que se prepare. Se dirigió silenciosamente a la puerta, pero antes de abrirla, unas manos en sus hombros la detuvieron, era él.
- Oh, Sonic.- Habló la eriza mientras se detenía a verle a los ojos.
- ¿A dónde vas tan temprano?.- Preguntó tallándose los ojos.
- I... Iré a mi trabajo.- Contestó.
- ¿A las 5 de la mañana? ¿Y te vas sola? Deja te acompaño.- Se ofreció acomodándose la chaqueta de cuero, sin dejar que Amy lograse a protestar acerca de su petición. A decir verdad, el clima era lluvioso y nublado con ligeras gotas de lluvia, e ir sola le podía dar cierto peligro que no quería pasar.
Caminaron hacia lo que era la parada del autobús, para dar a emprender el viaje en camino. Hacía un poco de frío para la eriza, lo que Sonic notó y se dispuso a ofrecerle su chaqueta.
- ¿Tú no tendrás frío?.- Preguntó antes de tomar la chaqueta que éste le ofrecía.
- Me importa más tu estado de salud, puedo aguantar yo.
- Esta bien.
- ¿ Y qué es lo que haces en tu trabajo?.- Preguntó Sonic, intentando sacar un ambiente cómodo para ambos.
-Bueno, como trabajo como secretaria de una gran empresa. Tengo que revisar lo que son las peticiones y prototipos de quienes desean entrar ahí y que sus productos sean aceptados. Y no es tan "simple" como todo mundo piensa al principio. Llegan alrededor de 6,000 prototipos al día.
- Y, ¿Tú sola lo haces?
- Solo la mitad. La otra mitad lo hace la secretaria Katina.
- Bueno, al menos no lo haces sola.
- Je, je no te preocupes Sonic. ¡Mira! Es aquí.
Hizo la parada para bajar, y una vez en el suelo, empezaron a caminar hacia el interior del área de la empresa, hasta llegar a la puerta de entrada, donde había un guardia leopardo que al verla, la saludó cortésmente mientras la dejaba pasar junto con el erizo. Con la excusa escuchada de que era su hermano y venía de visita.
- Bien, es aquí.- Indicó mientras abría la puerta donde estaba su oficina, con dos escritorios, uno en cada lado de la puerta del final, donde tenía las letras marcadas diciendo "Gerente".- Mi lugar es al lado derecho de la oficina de mi superior. Él verifica todo lo que hago.
- Tu trabajo se ve muy... pesado.- Opinó mientras veía el lugar, las paredes grises igual que los escritorios, una recuadro de una pintura donde venía una empresa con día nublado.
De pronto, entró una gata de color café, llamando la atención de Sonic.
- Buenos días Katina.- Saludó Amy alegremente sin recibir respuesta de la otra, quien tenía sus audífonos y que sólo se dirigió a su trabajo a jugar en la computadora que había al solitario.
- ¿Quién es él?.- Preguntó mientras al fin ponía atención a su alrededor. Percatándose de Sonic.
- Oh, él es Sonic The Hedgehog. Y...
- ¿¡Sonic The Hedgehog?!- Exclamó interrumpiendo para acercarse a Sonic, y jalarle las orejas y cachetes.
- ¿ Qué estás haciendo?.- Cuestionó un poco enojado por esa actitud infantil de parte de ella. No le gustaba que hagan eso. Y menos en zonas sensibles como sus orejas y cachetes.
- Comprobando que no eres un farsante.
- No lo soy.- Confesó mientras quitaba sus manos de su rostro.
- ¿Qué haces aquí? Vienes para hablar con el gerente de aquí. ¿Quieres promocionar algo? Dilo, y te lo consigo.
- De hecho no, solo vengo a acompañar a Amy al trabajo.
- ¿ Amy?.- Preguntó sorprendida. Amy, era una chica demasiada trabajadora para estar con cosas de famosos. De hecho, odiaba que hablaran de los famosos. Pero en toda su estancia jamás había contado de que conocía a Sonic The Hedgehog el erizo más reconocido en ese planeta, por las acciones que hacía de salvarlos a todos en varias ocasiones.- ¿Por qué no me habéis dicho?
- Recuerda que tanto tú como yo tenemos cosas que hacer en esta oficina, y nunca me preguntas sobre mí. ¿ Para qué decirlo?.- Contestó la eriza sin dar importancia al asunto mientras seguía con sus papeleos.
- Buenos días, entró un lobo bien formal, con un traje especial negro, con su pelaje arreglado hacia abajo, dándole un aspecto sexy. Mientras se dirigía al interior.- Amy, te necesito en mi oficina.
- Si señor.- Contestó la eriza mientras agachaba la cabeza y desaparecía la sonrisa. Cosa que Katina no captó pero Sonic sí.
Una vez adentro de la oficina del lobo llamado Corner, cerró la puerta con candado mientras que la eriza se ponía de pie enfrente de su escritorio. El lobo, se empezó a acercar a Amy, mientras depositaba sus manos en su pequeña cintura. Y olfateaba un poco en su cuello y lo lamía con rudeza, dando escalofríos en ella. Quien no hacía nada para detenerle.
- Te he echado de menos Amy este fin de semana.- Habló por fin el lobo, mientras le acariciaba una nalga, y con la otra mano empezaba a acariciar uno de sus pechos, mientras que ella se dejaba sin protestar. Conteniéndose los gemidos.- Vamos.- Siguió hablando mientras quitaba un botón de su camisa mientras metía suavemente su mano adentro. Pero antes de llegar a tocarlo, sonó el teléfono interrumpiendo el mejor momento para el lobo, pero salvando a Amy dejándola suspirar de alivio.- Si, voy para allá.- Colgando el teléfono.- Amy, tú y Katina tendrán este día libre, ya que el jefe está pidiendo una reunión secreta que puede durar horas.- Avisó mientras abría la puerta y salía a velocidad.
Una vez afuera se dirigió a Sonic, quien se le veía con cara de desinterés con Katina.
- ¿Pasa algo Amy?.- Preguntó el erizo.
- Nos dan el día libre a Katina y a mí, por una reunión.
- Bueno, entonces vámonos.
- Deja acomodo las cosas y en unos minutos salgo.
*-*-*-*-*
Salieron del edificio, mientras caminaban hacia la parada del autobús. Llegando a casa, se aventaría a la cama sin duda, para relajarse un poco con las cosas que pasan. Por una parte quizás ya deseaba que su tiempo llegase más rápido, pero con Sonic quería que se congelara. Aún no recuerda cómo llegaron al momento de que Sonic fuese tan amable y pegado a ella. Siempre acompañándola a los lugares sin importar la hora y la situación.
Eso es algo que siempre había pensado en varios años desde que era apenas pequeña. "¿ Ahora mis sueños se hacen realidad?" Pensó con algo de alegría mientras se dirigía hacia el interior de la casa. El camino de regreso es mucho más rápido que el de ida. Cerró la puerta después de que Sonic haya entrado en ella y vio la agenda para verificar si se estaba olvidando de algo. Y fue cierto. Era día de ir a la despensa.
- ¡Demonios!.- Murmuró para sí misma.
- ¿Pasa algo?.- Preguntó Sonic mientras se acercaba a ella.
- Se me olvido por completo que tengo que ir de compras.
- ¿Quieres que te acompañe?.- Ofreció mientras se acercaba a ella.
- ¿No sería mucho? Porque te has desvelado. Y ya has pasado mucho tiempo conmigo.
- No importa. Es divertido.
- Bueno, vamos.
Se dirigieron otra vez a la calle, para ir al supermercado. Un lugar demasiado grande para comprar la despensa necesaria para ellos. Una vez dentro, Amy le comentó de lo que tenían que comprar y la marca más económica. Pero Sonic decidió mejor ir por todo juntos, tenían demasiado tiempo para agarrar todo. Entonces así quedó todo. Ambos presintieron que será divertido.
Se dirigieron a lo que venía en la lista, que era unas sopas italianas de las De Luigi. Al dirigirse hacia allá vieron que estaban demasiadas altas, pero eso no fue un impedimento para la eriza. Empezó a escalar un poco para alcanzarlo, aunque le faltaba más estatura para llegar a ellas. Pero de pronto sintió las manos de Sonic en su cintura. Y a diferencia del lobo, éste le daba escalofríos y seguridad en ellas. Por lo cual la hacía sacar una sonrisa y que sus mejillas se hicieran rojas.
- Tranquila, yo te agarro.- Intentó sonar seguro Sonic para que Amy no se lograra desbalancear. Los alcanzó e intento bajar sola sin ayuda de él, pero al pisar mal cayó de golpe en sus brazos.- No intentes ser fuerte, por eso pasan estos accidentes. Acepta la ayuda que te doy Ames.
- Esta bien Sonic, ya puedes bajarme.
- ¿Qué sigue en la lista?- Preguntó.
- Los jabones.
*-*-*-*-*
Regresaron con los brazos llenos de bolsas pesadas con cosas que necesitaban. Empezaron a acomodar las cosas en su lugar sin perder el toque de la diversión en ambos. Ya que acabaron, se dirigieron al sofá a ver un poco de tele, con las palomitas. Se acomodaron en él, y empezaron a ver cuáles canales les pudiese llamar la atención. Pero en unos minutos después al voltear a ver a Amy, ya estaba dormida sobre su hombro.
- Vaya, sí que estabas cansada Ames.- Le vio el rostro sereno y tranquilo que tenía mientras dormía. Era la primera vez que había notado tanta diferencia en ella en estos cortos años. Le acarició un poco las púas mientras dibujaba una sonrisa." Creo que me enamoré completamente de ti, Ames".
CONTINUARA.-.-.-.