sábado, 7 de mayo de 2016

Cap 2: Reencuentro.

- Señor Sonic, ¿Desea un poco de café?- Preguntó la sirvienta acercándose hacia el erizo azulado, quien iba mirando hacia la ventana del avión privado donde iba. Observando el tranquilo pero lejano paisaje que se apreciaba desde arriba. Después de todo, no faltaba mucho para volver a ver a sus amigos. Quién podría decir que estos 3 años habían pasado completamente volando, sin darse cuenta de lo rápido que el tiempo decidió ir.
Sus amigos, se preguntaba cómo les estaría yendo a cada uno de ellos. En especial a su eriza pequeña Amy. La eriza que conoció desde que eran apenas unos pequeños infantes. Miles de recuerdos de los que se podía decir que, unos si muy buenos y otros, no muy buenos por así decirlo. ¿Cómo le estaría yendo a esa eriza? Quizás ya era una eriza de edad mayor, alguien completamente feliz y cambiada. Sonrió al pensar en lo último. Tres años era completamente demasiado para varios cambios con todos. No podía, mas bien, no quería quitar esa sonrisa de saber de que volverá a encontrarse de nuevo con sus viejos amigos.
-¿Señor Sonic?.- Interrumpió sus pensamientos la mujer mientras le veía extrañada por esos gestos que tenía.
-Estem... No.- Contestó saliendo de sus pensamientos, dando atención a la señorita que le atendía en el avión privado.
Realmente estaba tan emocionado por llegar, que ya decidió no poner tanta atención con las cosas que pasaban alrededor. Lo único que importaba ahora era que pronto volvería a casa. Y para quedarse esta vez.
*-*-*-*
Ese es el vestido perfecto. Era el que mas encajaba y que mostraba la mujer en la que se había convertido. Seguramente su erizo azulado se daría cuenta del gran cambio que se había hecho en este paso de los años. Se dió una media vuelta enfrente del gran espejo, admirando ese sencillo pero lindo vestido rojo que le llamó la atención desde un principio.
-¿Este se ve bien, Rouge?.- Preguntó sin despegar la vista de su vestido frente al espejo.
-Si, te queda perfecto. Mas bien, no conozco un vestido donde no te encaje con esa bella sonrisa.- Admiró.- Bueno, desvistete, si quieres yo lo pago. Iré a la caja, te veo allá.
-Si, luego te alcanzo.- Se adentró al interior del probador para quitarse el vestido, pero no sin antes volverse admirar una vez mas. Quería verlo, deseaba verlo, lo necesitaba como no se imaginaba nadie. "Llega pronto, mi querido Sonic". Pensó mientras en sus ojos se empezaban a formar unas pequeñas lágrimas asomándose en el interior de ellos. Poco a poco, empezó a sentir unos fuertes dolores que hizo que se tocara la cabeza y se arrodillara de golpe contra el piso. No gritó, no quería que nadie supiera de esto, así no tenía porque estarles preocupando y arruinando la fiesta de bienvenida para su erizo. Dejó soltar esas pequeñas lágrimas que se habían acumulado antes de su dolor, y se puso de pie con dificultad sujetandose de la pared blanca de su lado.
Unas pequeñas gotas de sudor empezaron a resbalar desde la frente. Se las secó, y se miró una vez más al espejo, demostrandose una sonrisa para poder seguir en pie sin dificultad.
- ¿Amy?-. Se escuchó desde afuera de su probador. Era Rouge.- ¿Estás bien? Ya pague el vestido.
- Si, pronto voy para allá.- Respondió quitándose cualquier evidencia de lo sucedido anteriormente.
*-*-*-*
La decoración de la fiesta había terminado. Flores blancas en un jarrón de vidrio transparente en cada mesa cubierta de una manta celeste. La fiesta se llevará a cabo en el jardín grande de la casa de Tails. Cream se encargó de la decoración con unas cuantas flores de diferente tamaño y color. Y de organizar la mesa de aperitivos a la mitad de éste.
Poco a poco los invitados empezaron a llegar, iniciando con Blaze y Silver, quienes dejaron el trabajo pesado a un lado para darse ambos un gran descanso con la reunión de todos sus amigos. Llevaban mucho tiempo separados y tampoco sabian de nadie. Y la idea de volver a verse, se había completado y hecho realidad.
También llegaron después, Knuckles y Rouge, quienes aun no eran pareja oficial, pero es algo parecido, ya que viven juntos en una pequeña casa de dos pisos, mantenida por ambos. Sus típicas peleas aun seguían en pie. 
No faltaron tampoco los detectives del planeta. Con Vector con su traje nuevo de detective, sin duda esta vez no perdería el tiempo con la señorita Vainilla. Y de Tails y Cream, ellos siempre estaban comunicados, ya que la pequeña Cream iba siempre con él después de clases. Algún día quería ser como él, en inteligencia superior como en modales y educación. Aunque ya no era la misma conejita pequeña que era antes, ahora era una completa puberta con tan solo 12 años de edad, sus orejas eran mas largas y el vestido era totalmente cambiado a uno mas femenil y lindo. Acompañado con unas botas de cuero negras arriba de la rodilla.
- ¡Cuánto has cambiado Amy!-. Admiró Silver viéndola de arriba a abajo. Realmente este paso de los años había cambiado mucho, con un cuerpo de niña a mujer. Amy era como su hermana menor, y a pesar de serlo, la comunicación de ellos, desapareció con la lejanía entre ambos. Dando un sentimiento mas fuerte de alegría mientras se volvían a encontrar otra vez, sabiendo que el día de mañana, volverán a sus respectivas vidas.
- Gracias Silver -. Agradeció mientras se acercaba con el grupo de amigos que se situaban en las sillas alrededor de la mesa. Tomó asiento y se dirigió a platicar con Blaze, acerca de la vida de trabajo que estaban llevando en el presente. 
Sólo faltaba el invitado especial, no podía imaginarse como estaría ahora. ¿Seria mas alto? o ¿Más guapo? Aunque eso ya sería algo imposible para ella. A pesar de los años seguía enamorada de él, desde el primer día donde sus ojos se cruzaron. Ojos jade con ojos esmeralda. Una combinacion perfecta de ojos brillantes luciendo mucho mejor acompañados por una pequeña pero gran sonrisa tímida por parte de ambos.
- ¡Ya llegó!- Oyó gritar desde lejos, para ponerse de pie junto con los demás a sus respectivos lugares que habían acordado hace unas horas en cuanto llegase el erizo. Las luces del jardín se apagaron, dando un ambiente frío y oscuro. Impidiendo ver las sombras de los demás escondidos. Unos atrás de unos arbustos, otros abajo de la mesa. 
Esperaron impacientemente la señal de abrirse la puerta dando entendimiento de que el erizo había llegado al destino planeado. Una vez dentro, las luces volvieron por sí solas a dar luz, como hace en unos momentos, mientras que todos salieron de sus escondites para ir corriendo hacia el erizo azúl, que demostraba una gran sonrisa imposible de borrar de su rostro.
- ¡SONIC!-. Gritaron todos mientras se acercaban velozmente hacia él. Recibiendo un gigantesco abrazo grupal.
- Je je, me da mucho gusto volverlos a ver a todos-. Respondió a las acciones de alegría por parte de la mayoría. Cierta eriza, decidió observar primero y decidir que sería mejor, que después de los demás. Debe ser un largo viaje y cansado para alguien como él.
- ¡Amy!-. Gritó Rouge, para acercarse a la eriza, y jalarla de brazo, para ponerla frente a frente de Sonic. Los demás se hicieron a un lado como si de una boda se tratase, la mama entregando a su hija, al altar donde le espera su futuro y gran esposo. Pero éste no es el caso, solo era un simple reencuentro, pero especial para ella, quien por unos momentos se quedó observando una vez más al erizo, formando poco a poco una bella sonrisa en su rostro, mientras sus ojos se hacían grandes y brillosos por la luz. Un silencio desesperado pero cómodo entró al ambiente. Todos se esperaban la reacción de ambos erizos, quienes aún no hacían contacto entre ellos, más que el visual. Se dirigió con pasos lentos, pero grandes para llegar hacia Sonic, y abrazarlo de una manera apretada pero agradable al erizo, quien respondió con el mismo abrazo de ella, cerrando sus ojos, y apegandola más a el.
- Bienvenido a casa, Sonic-. Saludó mientras seguía abranzandole con mas fuerza el cuello, luego de soltar unas cuantas lágrimas de felicidad. Al principio no supo cómo reaccionar ante sus ojos verlo. No cambió en nada, mas que en su aspecto. Se hizo mas grande y fuerte. Su cuerpo estaba fornicado. Lo que le daba un aspecto mas maduro.
- Gracias Amy-. Agradeció mientras le abrazó finalmente mientras le depositaba un beso cálido y pequeño en su cachete. Viendo a los demás del grupo, aplaudirles mientras echaban piropos acerca de ellos dos. Este, sin duda, era un gran reencuentro. Se sintió otra vez en casa, con todos los que podía llamar familia.
La fiesta comenzó con un poco de música y charla entre todos. Cada uno contaba pequeñas anécdotas de todo el tiempo que pasó. Sonrisas, tristezas, tragedias, bromas, charlas fueron escuchadas por cada uno con atención. "Si así fuese antes de irme". Pensó Amy para sus adentros, sin quitar su suave sonrisa pequeña que demostraba a sus amigos. Siempre amaba todos y cada uno de los momentos que compartía con cada uno de sus amigos. La idea de estar enferma, le dejaba un gran y profundo vacío en su corazón, algo que jamás será quitado por otro suceso que pueda superar eso. Nada que la pueda hacer sentir viva cada día que se encontraba muriéndose poco a poco. No quedaba mucho tiempo, y sabía perfectamente que cada día que pasaba, era uno menos para llegar a su final. Un final que preferiría no contar a nadie. Ni siquiera a su amiga mas cercana, Rouge.
- Hora de bailar-. Logró escuchar el grito de Silver indicando que era hora de empezar a bailar en parejas, para sacarla de sus pensamientos. El centro del jardín poco a poco se empezo a llenar con las parejas que formaban sus amigos, no hizo nada mas que observar cariñosamente la escena de parejas bailando con alegría y amor. " Un momento asi, sería especial".
- ¿Quieres bailar?-. Volteó para ver a Sonic, a su lado, quien le estiraba su mano para que aceptara su invitación al centro del jardín.
- Sí-. Asintió mientras entregaba su pequeña y delicada mano, a la de él. Quien, sin pensarlo más, la llevo corriendo a bailar.
Una vez ahí, la canción se puso lenta y romántica. Haciendo que la pareja se pegase mas, uno al otro. Las manos de Sonic, rodeaban su cintura pequeña. mientras que la de Amy, se encontraban alrededor de su cuello. Dando un ambiente mas lindo.
- ¿Qué me cuentas tú, Amy?-. Preguntó mientras alzaba la mano, para hacer que girara, en su mismo lugar.
- Nada interesante, supongo.-
- Vamos-. Insistió-. ¿Algo nuevo? ¿Pareja?
- Je, ¿Pareja?-. Rió para sus adentros. "Nada que me interese mas que tú".- Pues, últimamente he estado muy ocupada con mucho trabajo como secretaria para una empresa de aquí. Son muchos papeleos que tengo que hacer, y apenas me da tiempo para dormirme. Las cosas se han hecho un poco pesadas, digamos que la empresa está cayendo.
- Vaya, eso si está dificil para alguien como tú-. Admitió el erizo.
- ¿Alguien como yo?-. Interrogó con una molestia falsa.- ¿Estás tratandome de decir que alguien como yo no puede con estas cosas?
- Si. No.- Respondió rápidamente.- Bueno, es decir, no digo que no puedas... sé que puedes, pero, si. Es decir, no quize decir eso, yo...-Tartamudeo. Intentaba entenderla de una manera comprensiva, lo cual no logró articular bien lo que decía.
- Je-. Sonrió.- Tranquilo, entiendo a donde querías llegar. No te preocupes. ¿ Y dónde piensas vivir?
- Por ahora, no tengo dónde. Ya que Tails tiene espacio ocupado con uno de sus proyectos con las naves. Creo que tendré que rentar un cuarto en un hotel.
- Te puedes quedar en mi casa-. Invitó.
- ¿Segura? ¿ No será una molestia?-. Cuestionó levantando una ceja.
- Je. Claro que no. Acabas de llegar y sé que será díficil encontrar un lugar aquí. Además, para que te sientas mas a gusto, tengo un cuarto de huéspedes en mi casa, puedes dormir ahí.


- Bueno, gracias-. Agradeció mientras seguía bailando cada canción de la pista. Sin duda, esta será una larga noche de bienvenida. A lo cual, disfrutará cada segundo con cada uno de sus amigos. Después de este tiempo, Amy había cambiado completamente. Ya no era la pequeña eriza que conoció hace 8 años. Era diferente. Era mas hermosa y trabajadora, lo cual le agradaba mas por su parte, y tenía asegurado que ir a su casa a dormir por un tiempo, no sería tan desagradable como hubiese sido antes.
CONTINUARA...

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